Muchas personas creen que no es bueno que un perro conviva con un bebé, temiendo por eventuales agresiones o incluso por transmisión de enfermedades por causas higiénicas. Existen numerosos casos en los cuales lamentablemente las personas deciden deshacerse de su perro cuando ocurre que un bebé llega a su hogar debido a todos estos prejuicios, o tal vez simplemente a ignorancia.
Ya que nada más lejos de la realidad que todos eso temores, porque tanto los perros como los bebés son seres muy puros y llenos de amor, que teniendo las consideraciones pertinentes y siguiendo algunos simples pero fundamentales consejos, pueden convivir de maravilla, ser grandes amigos e incluso beneficiarse mutuamente.
La llegada de un bebé al seno familiar es un evento muy importante y que nos llena de alegría pero que a la vez provoca grandes e inevitables cambios en muchas áreas de nuestras vidas. Es un evento que nos exige reordenarnos y adaptarnos a muchas situaciones a las cuales antes no nos habíamos visto expuestos.
Tal como nosotros debemos adaptarnos a los nuevos ritmos, hábitos y cuestiones pertinentes a la llegada del bebé, también debe hacerlo nuestro compañero canino.
Puede que tu bebé llegue al hogar al mismo tiempo que tu perro siendo un cachorro. Pero también puede que ya tu perro sea adulto cuando el bebé llegue a la casa.
Para esto último tenemos que tener en cuenta ciertos consejos y recomendaciones para llevar a cabo la presentación de manera óptima, evitando situaciones de tensión o de celos, que puedan provocar una situación no deseada:
Es muy importante añadir a todos los consejos anteriores controlar nuestra propia ansiedad y nerviosismo principalmente durante el primer encuentro y la adaptación de nuestro perro al bebé. Debemos entender que ese momento tiene que ser lo más relajado y libre de tensión posible, y si nuestro estado de ánimo es de ansiedad, miedo o nerviosismo se lo transmitiremos a nuestro perro provocando que la situación sea tensa. Así mismo también debemos evitar movimientos o reacciones bruscas de nuestra parte cuando el perro intente acercarse a conocer u olfatear al nuevo miembro de la familia. Debemos lograr ante todo que el perro asocie al bebé con momentos alegres, agradables y relajados.
Con la prudencia y responsabilidad ante todo lograremos atravesar con éxito y armonía este proceso.
Una vez que haya pasado el tiempo de adaptación, es importante que además del perro el bebé también aprenda ciertas cuestiones de convivir con un animal.
El bebé cuando comienza a crecer, dar sus primeros pasos, interactuar con su entorno y explorarlo, puede tener comportamientos que incomoden al perro e incluso provoquen una reacción no deseada.
Por eso es sumamente importante que el bebé entienda que un perro también ha de ser respetado. Debe aprender a no molestarlo en los momentos durante los cuales el perro está alimentándose o descansando. El bebé necesita aprender a darle cariño a su amigo de manera delicada y respetuosa, sabiendo que hay ciertas zonas donde a los perros no les agrada ser acariciados, e incluso el bebé debe saber medir la fuerza con la que lo toca, para evitar de esta manera jalones de orejas, pelo o cola.
Otro aspecto de gran importancia es que el bebé debe aprender a reconocer y respetar las señales corporales de su cuerpo, ya que los perros demuestran sus emociones y estado de ánimo a través de su lenguaje corporal.
Nuestra responsabilidad
Ya hablamos de lo que deben entender los perros y los bebés, de lo que cada uno tiene que aprender y respetar de su amigo, y analizamos todo lo que debemos tener en consideración de cara a la llegada de un bebé al hogar siendo ya el perro un miembro de la familia.
Aunque también existe la posibilidad de que el primero en llegar sea el bebé y basados en las ventajas de su convivencia y su compañía, decidamos incorporar un cachorro a la familia.
Esto puede ser una gran idea ya que no hay nada mejor que tanto bebé como cachorro crezcan juntos y compartan sus etapas de crecimiento y su despertar de la curiosidad por explorar el mundo. De esta manera el vínculo será muy sólido y productivo para ellos.
Pero debemos ser sumamente responsables en la decisión y adopción del perro como nuevo miembro de la familia. Es fundamental que entendamos que el perro es un ser vivo que necesita de cuidados y amor al igual que el bebé, y que no será un juguete para el niño sino un compañero de vida.
Además antes de tomar la decisión hemos de considerar todos los aspectos y responsabilidades que implica el hecho de tener un perro en la familia: visitas periódicas al veterinario, gastos de alimentación, paseos diarios, ocuparnos de su cuidado en caso de irnos de viaje sin poder llevarlo etc.
Con toda esta información brindada ya sabes cuales son los principales puntos a tener en cuenta para lograr una armoniosa convivencia entre perros y bebés, y también cuales son las ventajas y beneficios que trae para ambos esta gran combinación.
Luego solo resta disfrutar de los tiernos y divertidos momentos que nos regalara esta hermosa dupla a lo largo del tiempo.
Bibliografía y enlaces de interés:
Muchas personas creen que no es bueno que un perro conviva con un bebé, temiendo por eventuales agresiones o incluso por transmisión de enfermedades por causas higiénicas. Existen numerosos casos en los cuales lamentablemente las personas deciden deshacerse de su perro cuando ocurre que un bebé llega a su hogar debido a todos estos prejuicios, o tal vez simplemente a ignorancia.
Ya que nada más lejos de la realidad que todos eso temores, porque tanto los perros como los bebés son seres muy puros y llenos de amor, que teniendo las consideraciones pertinentes y siguiendo algunos simples pero fundamentales consejos, pueden convivir de maravilla, ser grandes amigos e incluso beneficiarse mutuamente.
La llegada de un bebé al seno familiar es un evento muy importante y que nos llena de alegría pero que a la vez provoca grandes e inevitables cambios en muchas áreas de nuestras vidas. Es un evento que nos exige reordenarnos y adaptarnos a muchas situaciones a las cuales antes no nos habíamos visto expuestos.
Tal como nosotros debemos adaptarnos a los nuevos ritmos, hábitos y cuestiones pertinentes a la llegada del bebé, también debe hacerlo nuestro compañero canino.
Puede que tu bebé llegue al hogar al mismo tiempo que tu perro siendo un cachorro. Pero también puede que ya tu perro sea adulto cuando el bebé llegue a la casa.
Para esto último tenemos que tener en cuenta ciertos consejos y recomendaciones para llevar a cabo la presentación de manera óptima, evitando situaciones de tensión o de celos, que puedan provocar una situación no deseada:
Es muy importante añadir a todos los consejos anteriores controlar nuestra propia ansiedad y nerviosismo principalmente durante el primer encuentro y la adaptación de nuestro perro al bebé. Debemos entender que ese momento tiene que ser lo más relajado y libre de tensión posible, y si nuestro estado de ánimo es de ansiedad, miedo o nerviosismo se lo transmitiremos a nuestro perro provocando que la situación sea tensa. Así mismo también debemos evitar movimientos o reacciones bruscas de nuestra parte cuando el perro intente acercarse a conocer u olfatear al nuevo miembro de la familia. Debemos lograr ante todo que el perro asocie al bebé con momentos alegres, agradables y relajados.
Con la prudencia y responsabilidad ante todo lograremos atravesar con éxito y armonía este proceso.
Una vez que haya pasado el tiempo de adaptación, es importante que además del perro el bebé también aprenda ciertas cuestiones de convivir con un animal.
El bebé cuando comienza a crecer, dar sus primeros pasos, interactuar con su entorno y explorarlo, puede tener comportamientos que incomoden al perro e incluso provoquen una reacción no deseada.
Por eso es sumamente importante que el bebé entienda que un perro también ha de ser respetado. Debe aprender a no molestarlo en los momentos durante los cuales el perro está alimentándose o descansando. El bebé necesita aprender a darle cariño a su amigo de manera delicada y respetuosa, sabiendo que hay ciertas zonas donde a los perros no les agrada ser acariciados, e incluso el bebé debe saber medir la fuerza con la que lo toca, para evitar de esta manera jalones de orejas, pelo o cola.
Otro aspecto de gran importancia es que el bebé debe aprender a reconocer y respetar las señales corporales de su cuerpo, ya que los perros demuestran sus emociones y estado de ánimo a través de su lenguaje corporal.
Nuestra responsabilidad
Ya hablamos de lo que deben entender los perros y los bebés, de lo que cada uno tiene que aprender y respetar de su amigo, y analizamos todo lo que debemos tener en consideración de cara a la llegada de un bebé al hogar siendo ya el perro un miembro de la familia.
Aunque también existe la posibilidad de que el primero en llegar sea el bebé y basados en las ventajas de su convivencia y su compañía, decidamos incorporar un cachorro a la familia.
Esto puede ser una gran idea ya que no hay nada mejor que tanto bebé como cachorro crezcan juntos y compartan sus etapas de crecimiento y su despertar de la curiosidad por explorar el mundo. De esta manera el vínculo será muy sólido y productivo para ellos.
Pero debemos ser sumamente responsables en la decisión y adopción del perro como nuevo miembro de la familia. Es fundamental que entendamos que el perro es un ser vivo que necesita de cuidados y amor al igual que el bebé, y que no será un juguete para el niño sino un compañero de vida.
Además antes de tomar la decisión hemos de considerar todos los aspectos y responsabilidades que implica el hecho de tener un perro en la familia: visitas periódicas al veterinario, gastos de alimentación, paseos diarios, ocuparnos de su cuidado en caso de irnos de viaje sin poder llevarlo etc.
Con toda esta información brindada ya sabes cuales son los principales puntos a tener en cuenta para lograr una armoniosa convivencia entre perros y bebés, y también cuales son las ventajas y beneficios que trae para ambos esta gran combinación.
Luego solo resta disfrutar de los tiernos y divertidos momentos que nos regalara esta hermosa dupla a lo largo del tiempo.
Bibliografía y enlaces de interés:
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